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Por Violeta Alegre
Nosotras, travestis y trans, sabemos muy bien lo que significa decidir sobre nuestros cuerpos. Lo hicimos por muchos años desde la clandestinidad y eso nos costaba (y aún nos cuesta) ni más ni menos que vida.
Decidir es un estadio de libertad, decidir es un derecho personalísimo, no por eso menos político, en donde el Estado nos debe garantizar derechos.
Como sabrán, nosotras no podemos ni queremos camuflar nuestra identidad. Transicionar es abortar la masculinidad o feminidad impuesta, es la autoconstrucción de una identidad que, aún festejando todos los avances – insisto- nos cuesta vida.
Es por eso que es tan clara para nosotras la reivindicación del derecho a decidir. Por eso no dudamos ni un segundo de hacer nuestra la causa del aborto legal, seguro y gratuito.
Es nuestro compromiso para quienes buscamos decidir ser un poco más libres y erradicar violencias históricas sobre nuestros cuerpos, otro encuentro colectivo con los feminismos.
Entendemos –entiendo- que las nuevas generaciones hoy comprenden de qué se trata esa búsqueda. Les pasa por el cuerpo, nos pasa colectivamente en un cuerpo social que intentan disciplinar y condenar con moralinas constantes.
El patriarcado busca estrategias permanentes de supervivencia. Pero gracias a los feminismos y a cada piba, doña, marica, trava o trans que en los barrios atienden las necesidades y buscan formas para concientizar y abrazar, se logra sortear – con mayor o menor suerte- esas políticas de dominación y desigualdad.
Es por ese motivo que deseamos que se comprendan que las separaciones también son estrategias de ese patriarcado. Y que en esos feminismos y transfeminismos estamos todxs. Habrá diferencias que después dialogaremos, pero en este momento estar unidas es un arma colectiva por nuestras causas.
Por eso las travas militamos por el aborto legal y estamos en las calles, en la vigilia frente al Congreso para la votación en Diputados y por eso esperamos a todes también el 28 de junio a las 18HS en Plaza de Maya para la Marcha Nacional contra los travesticidios y transfemicidios.
Hasta el año pasado, todas las caras eran reconocibles. Quisiera verles también a quienes nos llaman durante todo el año para mesas debate, para textuales de notas o nos ponen en sus fotos como signo de pluralidad. No nos “acompañen”: sean parte de nuestras luchas porque es la misma: la libertad de nuestros cuerpos e identidades.
*Texto cortesía de Agencia Presentes.

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