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El adolescente no es culpable de sus carencias, es propio de su edad. De hecho, ignora que adolece, de ahí su simpleza e irresponsabilidad.

En esa etapa se forman las personalidades y se construyen las individualidades. Es la edad en la que todo gira en torno a uno mismo. Somos en ese momento la medida de todas las cosas y nada en el mundo es relevante. La carencia de referentes es casi absoluta. No hay mucho aprendizaje, salvo el proceso de construcción mismo. Y está bien, porque es un periodo de transformación. Esa es su cualidad. Lo normal es que pasados unos años, la dejemos atrás y maduremos un poco. Esto significa hacernos responsables de nuestros actos y de nuestro papel el entorno en que vivimos.

Claro que hay quienes no lo hacen, y viven en un estado de adolescencia permanente, en la que  siempre será la medida de todo y solo la lente con que mira la realidad es importante. Lo demás es lo de menos. A eso se le llama también narcisismo, egolatría, megalomanía y otros, que son patologías. Pero no de un adolescente, sino de una persona mayor que conservó esas características.

En la conferencia mañanera del 9 de marzo, un día después de la marcha feminista del día 8, el Presidente dijo: “…lo que quieren es que fracase el gobierno y sobre todo, que no pueda consumarse la cuarta transformación de la vida pública del país. Es el conservadurismo disfrazado de feminismo o de lo que resulte… No pudieron los conservadores articularse, siguen sin poder agruparse para formar todo lo que conocemos como reacción… Como decía el Presidente Juárez, el triunfo de la reacción es moralmente imposible”.

El feminismo y sus manifestaciones, a los ojos del presidente, es una consecuencia del conservadurismo, de la reacción, que quiere que la cuarta transformación fracase. Y en sus palabras, su triunfo es moralmente imposible, porque es un movimiento reaccionario. Así lo mira el. ¿No es síntoma de la edad de la punzada, creer que la única visión de la realidad posible es la propia? ¿No es característica de la edad del pavorreal, pensar que todos están en mi contra y que nadie me entienda?

López Obrador es un adolescente porque cree que el feminismo es un movimiento que pretende impedir su transformación, o bien, porque aun y cuando no lo crea, es profundamente egoísta y antipático con las mujeres. Es decir, o está completamente ensimismado, o es absolutamente insensible a realidades que no son las suyas.

En esos años en los que nada sabía pero creía tener todas las respuestas, una persona me dijo “cuidado, el que se siente Cristo, puede terminar crucificado”. Reflexión para el adolescente que cree conocer todas las preguntas y también todas las respuestas.

 

Foto: Viridiana Ramírez

Ig: @yavirarom

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