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Por Antifaz
A punto de concluir el periodo ordinario de sesiones, el Senado de la República se sacó una reforma de la manga: cambios a la Ley Federal de Derechos de Autor.
Sin ningún pudor, antier (26 de abril) mientras tú estabas viendo en Youtube la repetición de lo mejor del partido de las Chivas, troleando en twitter a tu amigo que va a votar por Meade, viendo una serie en Netflix o buscando fotos o alguna información en Facebook de qué está haciendo tu ex, el Senado aprobó esta peligrosa modificación.
Bastaron 61 votos a favor (hubo 10 en contra y 23 abstenciones) para aprobar la reforma a la Ley Federal del Derecho de Autor, de forma concreta con un añadido al artículo 213 Bis y un párrafo más para el artículo 215.
En opinión de la organización R3D, estos cambios atentan contra el derecho a la libertad de expresión en Internet. Lo peor, ni siquiera hubo una discusión previa en comisiones y tampoco se respetó el proceso legislativo.
¿En qué consisten los cambios? El nuevo texto permite a los jueces dictar “medidas precautorias” para, entre otros, “suspender la representación, comunicación y/o ejecución públicas” o para “el aseguramiento cautelar de los instrumentos utilizados en la representación, comunicación o ejecución públicas”, con el objetivo de “prevenir, impedir o evitar” violaciones a derechos de autor.
Ojo: el propósito es evitar posibles violaciones a derechos de autor (es decir que aún no han ocurrido).
Sí, tal como tus temores lo imaginan. R3D lo explica de la siguiente manera: “esto implica que cualquier tribunal tendrá la facultad de ordenar que una comunicación pública –por ejemplo, un vídeo en Internet– sea censurada o que los servidores, enrutadores u otros instrumentos usados en su difusión sean asegurados, sin que haya sido previamente demostrado en un juicio que dicha comunicación viole el derecho de autor.”
Estas reformas constituyen claramente una medida de censura previa, violatorias del artículo séptimo de la Constitución mexicana.
Así, de despedida, la mayoría priista y con el apoyo de la supuesta oposición, aprobó una reforma que vulnera frontalmente los derechos de todas las personas a Internet.

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