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La Suprema Corte de Justicia de la Nación no perdió la viada (como dirían en Sinaloa y otras latitudes norteñas) y siguió con su tendencia de votación progresista en cuanto a la regulación del cannabis en México.
Ahora sí: mota para todos. Bueno, no tan rápido, pero algo así es lo que está por venir. La historia es esta:
Resulta que la primera sala de la SCJN resolvió por quinta ocasión de manera consecutiva casos que eran iguales, en todos ellos declarando inconstitucional la prohibición del uso personal de cannabis que establece la Ley General de Salud.
Alguien llegó y le pidió permiso a la autoridad para sembrar, almacenar y consumir marihuana. La autoridad le dijo que no, porque la Ley General de Salud dice que no se puede. Entonces, esas personas fueron -por la vía del llamado Juicio de Amparo- a decirle al Poder Judicial que esa prohibición iba contra el libre desarrollo de la personalidad (es decir, que la Constitución nos da el derecho de meternos lo que queramos).
Y aquí es donde lo técnico-jurídico toma una relevancia social sumamente destacada. Sucede que, en nuestro sistema legal, cuando hay cinco decisiones de ciertas instancias judiciales (la Corte, Tribunales, etc.) en el mismo sentido (digamos que todas dicen que una Ley -como en este caso- tiene una prohibición ahí donde la Constitución nos da una libertad) entonces se acabó el debate: todos los casos que sobre ese mismo tema vengan después tendrán que ser resueltos igual.
Si quien esto lee va y le pide a la autoridad permiso para sembrar, almacenar y consumir marihuana y le dicen que no, el futuro judicial ya está escrito: el juzgado al que vaya le tendrá que dar la razón.
Per no sólo eso, está previsto también en nuestro marco legal (por cierto, más o menos nuevo) que cuando esto sucede, el Poder Legislativo está obligado a corregir esas leyes que fueron declaradas inconstitucionales.
Sin rodeos: esta decisión de la Corte pone de cabeza el debate de cómo debería regularse el consumo de las drogas en México. Tal como nuestra querida Adriana Muro (@adrianawall) lo ha advertido en sus entregas para @Antifaz: la Corte ha sido contundente en contra del enfoque prohibicionista.

Así que, por la vía judicial, México se suma a la tendencia internacional de despenalizar el uso recreativo de la marihuana. Puede sonar menor, pero no lo es. Si cualquier persona quiere seguir el caminito, ya sabe que terminará teniendo permiso. E insisto, no debe perderse de vista que los efectos de la resolución de la Corte implican también cambios normativos.
Es evidente entonces que la nueva pregunta es ¿serán diputadas, diputados, senadores y senadoras capaces de reformar las leyes que la Suprema Corte encontró inconstitucionales?

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