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Por Libertad Ruiz.

México ha tenido 74 presidentes hombres, autores de periodos largos, convulsos, autoritarios, con antojo de añoranza, complejos. Hoy es 1ro de octubre de 2024 y se marca un antes y un después en esa historia porque Claudia Sheinbaum Pardo es la primera mujer en asumir el mando del poder ejecutivo y el país tiene su primera presidentA. En los alrededores del Zócalo hay multitudes de personas que se están congregando para escuchar el discurso de ‘La Doctora’. 

En el escenario que da la espalda al Templo Mayor la nueva presidenta está esperando a recibir el bastón de mando de 79 pueblos originarios del país, son 16:00 y la ceremonia ya está iniciando. Hay multitud en los alrededores del centro histórico, algunos grupos descansan por la zona de la Alameda, unos se retiran y otras van caminando con sus comitivas hacia el escenario para escucharla. 

Una de esas personas es María, ella tiene 60 años y el primero de octubre del 2024, llegó a la Alameda de la Ciudad de México, está sentada descansando casi enfrente del Palacio de Bellas Artes. Le habían contado que iba a tomar protesta la nueva presidenta de México y junto con un grupo de varias mujeres de San Diego de los Padres Cuexcontitlán, Estado de México, vinieron en varios camiones a ver “qué tiene que ofrecer (la presidenta), que cumpla lo que promete y que no solo cuando necesite de nuestro voto se acuerden de nosotros”. 

San Diego de los Padres Cuexcontitlán tiene un porcentaje de 47% de población indígena, y María se identificó como perteneciente a un pueblo originario otomí. Para llegar a la ciudad recorrió junto con sus compañeras en los camiones en que las trajeron aproximadamente 64.6km. Desde aquel municipio hasta la Alameda Central, en un horario sin tráfico y de alineación astrológica, se hace poco más de una hora.  

Ese día, María venía vestida con todo el esplendor del color rosa: un abrigo de cuadros con tonalidades de rosa pastel y líneas negras; y un sombrero crema también con rosa adornado con una flor de tela del mismo color que le cubría la cara. Su cabello negro lo traía amarrado con una larga trenza hacia atrás y para darle un toque a la celebración de ese día usaba unos aretes largos de chaquira verde, blanco y rojo. De alguna manera veo en ella esa celebratoria exigencia que se ancla a sus palabras. 

Mientras las personas caminaban sobre Avenida Juárez para entrar a las calles que las llevaran a la plancha del Zócalo o esperaban sentados en las banquetas después del viaje que habían hecho para llegar a la celebración, Claudia Sheinbaum comenzaba a dirigir su discurso, diciendo: “No llego sola, llegamos todas las mujeres de México”. Ese país, “México”, donde siete de cada diez mujeres han sufrido de violencia psicológica, física, sexual, económica, patrimonial y de discriminación. Pero en fin: “llegamos”.  

El ambiente de celebración se sentía en el aire, cada paso que daban las personas era un camino que se trazaba para presenciar un momento histórico para el país, o al menos eso parecía en ese momento. ¿Acaso no se estaba gestando, en las mentes de todas y todos los mexicanos nuevos símbolos de ser representadas?  

María llegó a la Ciudad de México a escuchar qué tiene para decir la nueva presidenta porque durante el último sexenio lo único que vivió fue el olvido del Estado. La única clínica de salud pública que había en su localidad, fue cerrada. Para acceder a atención médica gratuita las personas de San Diego de los Padres Cuexcontitlán tienen que recorrer dos horas, lo cual termina siendo una opción poco viable, orillando a quien necesita ser atendido a pagar un médico particular y el traslado para llegar. 

En 2019, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador desapareció el Seguro Popular, el CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) lo define como un programa de seguridad social orientado a quienes no podían acceder al sistema de salud por no pertenecer a un empleo formal. El gobierno pasado sustituyó el esquema por el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, datos de México Evalúa mencionan que hasta 2018 este Fondo tenía 119 mil millones de pesos y para 2023 había disminuido en un 62%. 

María, contó que ella por salud no puede trabajar y que si lo llega a hacer es porque su esposo debido a las enfermedades crónicas que tiene no puede llevar el sustento económico a la casa. Antes de confesar lo siguiente, pidió una disculpa y dijo: “Perdón, el PRI robó, pero apoyó. Había qué comer. Ustedes quieren un cambio, pero no hay. Hace ocho días alguien robó, los policías no hicieron nada, ¿dónde está la ley? Que haga el cambio (Claudia Sheinbaum), somos pueblo, somos indígenas, los niños que van a la escuela siempre andan sucios porque las calles no están bien. Que vaya y vea las necesidades”. 

Ella terminó de contar su experiencia, se paró y se fue caminando con sus compañeras en sentido contrario de la plancha del Zócalo, no se sabía si sus camiones ya se iban, pero entre la multitud se perdió. 

Minutos después de lo que contaba María, la nueva presidenta Claudia Sheinbaum dijo: “todas las mujeres de 60 a 64 años, recibirán un apoyo bimestral” habrá “atención a la salud, casa por casa a los adultos mayores, los servidores de la nación tocarán casa por casa, les harán un cuestionario” y “vamos a garantizar todos los programas de bienestar del presidente López Obrador… la clínica es nuestra”. 

Ojalá que María haya logrado alcanzar a escuchar las promesas que se hicieron ese día y que toda su travesía y la de las mujeres que la acompañaron valga la pena. 

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