“Cae La Patrona”, repitieron notas de prensa publicadas el 9 de febrero de 2016. Esa “noticia” bien nos puede servir para entender uno de los fracasos más estrepitosos de la estrategia contra la delincuencia organizada en México: controlar el endiablado flujo de dinero.
Las notas se refieren a la captura -por parte de la Policía Federal- de Guadalupe Fernández Valencia, a quien señalan como una de las operadoras financieras de Joaquín Guzmán Loera (a) El Chapo.
Extraño, siendo el dinero el factor principal detrás de la delincuencia organizada, en esa ocasión no hubo exclusivas ni coberturas especiales. Tampoco frenéticos editorialistas explicando cómo había sido encontrada. Ni busque mayores análisis sobre su detención. No los hubo. Es más, no mereció siquiera notas a profundidad. Por el contrario, más de un “periodista” se limitó a estampar su nombre en el boletín oficial de prensa y publicarlo (nada nuevo).
¿Cómo es que la captura de una de las piezas financieras del narcotraficante más poderoso del mundo pasó tan desapercibida? En todo caso, ¿por qué tendría que importar? Aquí algunas ideas.
1.- Nuestra realidad atraviesa un laberinto judicial (pero en Estados Unidos)
El 27 de enero de 2015, el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) publicó los resultados de un caso en la ciudad de Chicago, llamado “los gemelos Flores”. Las autoridades señalan que, además de una condena de 14 años, gracias a su cooperación (la que califican sin paralelo) lograron nuevas acusaciones contra miembros del Cártel de Sinaloa.
Con motivo de ese caso, las comunicaciones del FBI mencionan a Joaquín Guzmán y a Ismael Zambada, además de otras siete personas, como acusadas de los delitos de lavado de dinero, tráfico de drogas y conspiración. Detallan fechas, cantidades de dinero y droga involucrada, ciudades de tráfico, formas de operación, bienes decomisados, las grabaciones que implican a los acusados y las oficinas gubernamentales que intervinieron. Guadalupe Fernández Valencia (la detenida recientemente) es una de las personas señaladas como parte de ese proceso judicial.
Meses después, el 24 de noviembre de 2105, el Departamento del Tesoro anunció que, con fundamento en el proceso iniciado en enero en Chicago, quedaban congelados los bienes de Fernández Valencia. Ese comunicado de prensa también informa que está prohibido hacer negocios con ella en Estados Unidos, que se sabe que reporta al hijo de Guzmán Loera y que se le considera fugitiva. Todos estos datos fueron repetidos (de manera más escueta) por la Comisión Nacional de Seguridad de México, hace unos días.
En la locura de esta absurda guerra contra las drogas, lo poco que informa el gobierno de México sobre la capacidad financiera de los cárteles que azotan al país, es apenas un mal resumen de lo dicho meses atrás por las instituciones de Estados Unidos.
2.- Parece que no queda claro, it’s all about the money (todo es por el dinero)
La versión de la Comisión Nacional de Seguridad es que la captura de Guadalupe Fernández fue “parte de las operaciones de la Policía Federal para impactar la estructura operativa del Cártel de Sinaloa.” En estos días, en los que al elogio al gobierno le llaman periodismo, nadie reparó en el contexto más amplio.
Se ha dicho hasta el cansancio: nuestro gobierno es incapaz de atacar la estructura financiera de los cárteles. La captura de Fernández Valencia no vino acompañada de ninguna información de relevancia. Nada. Este análisis es indispensable para discutir con fundamento el desempeño de las instituciones. También para llamar la atención sobre las dimensiones reales del problema.
Una comparación puede darnos perspectiva. Los datos del tercer informe de gobierno dicen que por lavado de dinero, en todo 2015, se logró el aseguramiento de apenas 260 millones de pesos. Tan sólo con los procesos judiciales contra el Cártel de Sinaloa en los que está involucrada Guadalupe Fernández Valencia, el Departamento del Tesoro (de Estados Unidos) espera decomisar un total 2 billones de dólares (más de 35 mil millones de pesos).
3.- Profecía autocumplida: nadie quiere información, sólo espectáculo
Hoy, cualquier tuit de Kate del Castillo merece de los medios mayor cobertura y análisis que el arresto –y futura extradición a Estados Unidos- de quien lava dinero para el criminal más buscado del planeta.
Con el argumento de que la gente no tiene interés ni entiende de cosas complejas nos van imponiendo simplismos. Uno de los temas más importantes de nuestra vida pública va quedando a medio camino entre las noticias de espectáculo y la sección policíaca. Y cuando no hay circo, no hay “análisis”.
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